Hace casi ya dos años que me
gradué y aún me cuesta creer que todo haya pasado tan rápido. Para recordar
“viejos tiempos” he quedado hoy con mis compañeras de la facultad y, para
variar, llegan tarde. Por lo que me pongo a hacer tiempo pensando, en cómo
empezó toda esta aventura.
Recuerdo la pregunta a la que
todos hemos contestado durante la infancia, ¿qué quieres ser de mayor? En mi
caso, siempre claro, MAESTRA.
Hubo dudas durante el recorrido, pues
muchos intentaron convencerme de que era una profesión sin grandes expectativas
económicas; pero, como río que desemboca en el mar, convencida estaba que mi
futuro iba a estar enfocado a la educación. Quería formar parte de aquello que
Platón definía como educar: “Dar al cuerpo y al alma toda la belleza y
perfección de que son capaces".
Y mientras soñaba despierta me
hizo volver a la realidad un: María, ¿estás ahí? Sí, sí – respondí. Habían
llegado por fin mis compañeras de sueños.